Mi ser más querido. Mi abuela. Mi "iaia" ... Hizo su último viaje el pasado viernes. Y hasta La Vila Joiosa me desplace para acompañarla, como tantas otras veces.
Y este es, aunque todavía tenga los ojos y el corazón aguados por su pérdida, el particular homenaje que le rindo a "mi iaia" ... la que nos cocinó, la que nos vistió, la más discreta, la que sacó a toda una familia adelante, la que luchó por la unidad familiar, la que me enseñó a ahorrar, la que leía ya de mayor una media de 2 o 3 libros mensuales, la que tenía miedo a las tormentas, con la que tomabamos horchata, la elegante en las formas, la que amaba el cine, la respetuosa, la que nos pedía que cerraramos la botella de butano, la que se reía cuando comía espaquetis, la que nos esperaba siempre con los brazos abiertos, la que me enseñó a sopesar situaciones, la de las paellas hechas a leña más ricas del mundo, la que me fomentó querer a mi hermano y estar junto a él, la de los consejos tiernos y la que estuvo siempre ... siempre ... para mí y para mi hermano ... toda una señora ... toda una madre.
Y aunque ya se ha marchado mucha gente de mi familia, esta vez ha sido la más dura. También ha sido mi primera vez en el ritual de la muerte, a quien he mirado de frente y sin miedo. Carmina, mi abuela, mi "iaia" se fue al otro lado del abismo acompañada y portada a hombros por sus cuatro nietos y su hijo mayor, y allí la dejamos junto a mi abuelo.
Estoy orgulloso de haberla conocido. También me siento afortunado por haber sido educado en muchos aspectos por ella ... " al Cesar lo que es del Cesar" ... Doy gracias a la vida. Y es que, a parte de muchas cosas, durante mi infancia y mi adolescencia, me convertí en el acompañante de viaje de esta gran mujer a la que acompañé de viaje por toda España ... ahora miro hacia atrás y recuerdo más de 10 viajes: Andorra, Galicia, Castilla-La Mancha, Madrid, Andalucía, Portugal ... y un largo etcétera.
Ahora quedan en mi memoria todas aquellas situaciones ... miradas ... canciones ... confidencias ... besos ... consejos y caricias ... y las guardaré como se merecen ... como tesoros ... mis tesoros.
Y aunque ya se ha marchado mucha gente de mi familia, esta vez ha sido la más dura. También ha sido mi primera vez en el ritual de la muerte, a quien he mirado de frente y sin miedo. Carmina, mi abuela, mi "iaia" se fue al otro lado del abismo acompañada y portada a hombros por sus cuatro nietos y su hijo mayor, y allí la dejamos junto a mi abuelo.
Estoy orgulloso de haberla conocido. También me siento afortunado por haber sido educado en muchos aspectos por ella ... " al Cesar lo que es del Cesar" ... Doy gracias a la vida. Y es que, a parte de muchas cosas, durante mi infancia y mi adolescencia, me convertí en el acompañante de viaje de esta gran mujer a la que acompañé de viaje por toda España ... ahora miro hacia atrás y recuerdo más de 10 viajes: Andorra, Galicia, Castilla-La Mancha, Madrid, Andalucía, Portugal ... y un largo etcétera.
Ahora quedan en mi memoria todas aquellas situaciones ... miradas ... canciones ... confidencias ... besos ... consejos y caricias ... y las guardaré como se merecen ... como tesoros ... mis tesoros.
3 comentarios:
Aquí tienes mi apoyo Agus. Lo siento, las buenas personas se pierden en el firmamento dejando su esencia para siempre.
isaac
no sé hacer un comentario a la altura de tu post, me siento pequeñita con cualquier cosa que pueda decir... asi que solo decirte que...ole, hacía tiempo que no leia algo escrito con tanta sensibilidad. GRACIAS. Maria.
Gracias a vosotros por vuestras muestras de apoyo ... solo por la molestia de escribir algo ya es suficiente ... gracias de nuevo.
besos pa los dos.
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