Y sigo con los post que llegan con retraso. Hace como un mes me dí el lujo (y digo lujo porque con las circunstancias en las que estamos no lo podemos llamar de otra forma) de hacer un break y visitar Roma con unos amigos. Allá nos fuimos un puñao de músicos y actores, al albergue más barato de la ciudad Imperial y con vuelos de ida y vuelta a las 5 de la mañana con la reina de las compañías que rayan el aire y las cabezas.
La ciudad es imponente, con unas construcciones grandiosas, ostentosas, imperiales, barbarie. A las ruinas hay que echarle imaginación para reconstruirlas, pero algo de aquella época de gladiadores y asambleas romanas se respira ( y no lo digo por los señores disfrazados en las puertas del Coliseo). Cuanto arte cojones!!!
Como todo esto, quiero decir, los monumentos, las ruinas, las plazas, fuentes y los edificios bonitos ya los conocemos todos, aquí dejo mi particular visión de una ciudad que en tiempos muy antiguos fue el ombligo del mundo.
El Vaticano otra ostentación del poder ideológico de la iglesia y todos sus acólitos. La Capilla Sixtina te deja sin palabras y sin cuello. Magnífica la obra de Miguel Angel ... que grande!! ... cuantos bocadillos de salchichón se comería este artísta durante la cantidad de años que dedicó a pintar esta obra, mientras los del gorrito paseaban por aquellos pasillos dorados para llegar a sus manjares.
Mucho andar para conocer la ciudad con Nuri, Manuel, Jael, Aitor y Tano. Llegamos una mañana y no paramos de andar, de ir y venir. De estar acompañados por Valentina que nos enseñó "los sitios guapos" del lugar. Buenas pizzas, mammas italianas, casa okupas en bunkers, conciertos y fiestas a la notte.
Otro amigo romano, me recomendó lugares reconditos como éste. Una imagen de San Pedro, que sólo se puede ver a través de un agujero en una puerta de un jardín. Íncreible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario