Este es el segundo avance del cortometraje DUNDER-BÜCHSE.
Un rodaje de un fin de semana, en un pueblo perdido de Soria, de cuyo nombre no puedo ni debo acordarme y al que creíamos que nunca llegaríamos. Allí ya nos esperaban sus jóvenes vecinos comenzando la celebración de las fiestas patronales, que durarían todo el fin de semana. Lo más duro del rodaje, la noche (casi a - 7ºC) y la situación emocional que vive el personaje que interpreto. Lo mejor, las canciones alrededor de la hoguera después de la cena. El sitio era increíble: las casas, los graneros, la luz, los residuos de épocas anterioes, la destrucción del tiempo en las piedras, la hierba crecida por el abandono, una sola calle
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